Tomamos la pista de Espata, que parte desde el camping de la Selva de Oza. Seguimos la pista durante 2 kms aprox. hasta tomar una senda clara, acompañada de mojones y restos de pintura, bajo la sombra del hayedo-abetal. En algunos tramos el bosque se aclara y el sendero se estrecha al abundar la retama; no en vano nos encontramos en la solana del Barranco de Espata.
Siempre ganando altura por esta ladera derecha del barranco, atravesamos diversos torrentes. Si volvemos la vista atrás gozaremos de la majestuosa estampa del rincón de Alano-Peña Forca. El sendero, siempre claro, gira a la derecha para cruzar el barranco (media hora de la salida), penetrando en la umbría, donde el hayedo-abetal es más denso y tiene ejemplares de gran porte. La pendiente se incrementa.
Salimos del bosque y tomamos un atajo directo al collado evidente que se abre por encima de la cabecera del barranco. Alcanzamos éste y logramos un espléndido panorama. Es un buen lugar para detenernos y admirar el paisaje: Peña Forca, los Alanos, Selva de Oza, Chipeta. En esta meseta de extensos prados, donde en verano pastan abundantes vacas, encontramos una fuente abrevadero y el modesto refugio forestal de Acher. Desde aquí proseguimos en ascenso en dirección E desviándonos a la izquierda del sendero principal. Ascendemos por la ladera herbosa primero y rocosa más adelante, con tramos muy empinados en los que no hay que perder de vista los mojones. (El camino no se ve con facilidad). Un tramo final por piedra suelta nos conduce a un pequeño portillo abierto en la caliza cimera del Castillo, por el que penetramos al solitario valle sinclinal colgado, auténtico “castillo amurallado” de terreno resquebrajado con abundantes dolinas y simas.